Abstract:
En el actual entorno global, apenas se distinguen las audiencias nacionales y extranjeras, y los Estados tratan de influir sobre ambas de modo similar. El poder ha redescubierto el valor persuasivo del entretenimiento, algo especialmente notorio en el ámbito de la diplomacia pública, donde anacronismos como la propaganda o la censura están siendo rehabilitados. Piénsese en las dos potencias mundiales, actualmente en pugna por el liderazgo hegemónico planetario, Estados Unidos y China. Son ya numerosos los ejemplos norteamericanos de representación de la condena del terrorismo yihadista, la aprobación de medios ilícitos como la tortura para perseguirlo o la beligerante imposición de la democracia. Pero también la adaptación oficialista hollywoodiense a sus mejores clientes, los mayores consumidores de cine en la actualidad, eliminando o modificando todo aquello que pueda causar malestar a las autoridades chinas, desde recordar Tiananmen hasta singularizar el Tibet, Hong Kong o Taiwan, pasando por el terrorismo de Estado en Xinjiang. El objetivo de este análisis es contribuir a la formación deontológica de la población juvenil, especialmente universitaria, en la que se ha detectado carencias format...