Abstract:
Este trabajo trata de recoger lo que podríamos denominar incoherencias
entre lo que debería ser la evaluación, de acuerdo con lo que la doctrina dice al
respecto, y algunas prácticas reales, fruto de la observación en diferentes entornos.
Tratamos de mostrar algunas actitudes, opiniones, actuaciones que en relación con la
evaluación hemos detectado por parte del profesorado de Grados, e intentamos
contraponerlas a lo que se consideran buenas prácticas o incluso a lo que como
profesores en muchas ocasiones exigimos a nuestros estudiantes.
Recogemos siete experiencias que contradicen claramente una gran parte de las
directrices del EEES, tales como la concepción de la evaluación como un instrumento
más de aprendizaje, una evaluación no sólo sumativa sino también formativa; la
evaluación formativa como elemento de motivación de los estudiantes; la necesidad de
una fuerte coordinación de todas las actuaciones docentes que afectan a los mismos
estudiantes; la importancia de que éstos reciban algún tipo de feedback claro y
específico para corregir los propios errores; elegir una forma de evaluar acorde con
las competencias trabajadas en la misma; convertir la evaluación en un elemento
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