Abstract:
La demanda en productos de calidad (las traducciones o los
servicios de interpretación prestados), en procesos de calidad
(desde el contacto inicial con el cliente hasta la entrega del
producto final) y en profesionales de calidad (provistos de los
conocimientos y competencias necesarias) está aumentando a un
ritmo creciente. Esta demanda surge de un mercado que se
caracteriza por encargos voluminosos a plazos cortos realizados a
base de tecnologías cada vez más sofisticadas. Al mismo tiempo,
las instituciones dedicadas a la formación de traductores e
intérpretes están reorganizando sus planes de estudio con el fin de
adaptarlos mejor a las necesidades del mercado y preparar unos
profesionales de calidad. Pasan por ciclos de autoevaluación,
invitan a asesores de fuera y exigen una docencia con sello de
excelencia. ¿Pero cómo consigue uno desarrollar este mismo
sentido de calidad entre sus alumnos? ¿Cómo preparar a los
estudiantes para que produzcan traducciones de calidad, presten
servicios de interpretación de calidad, y, de igual importancia, que
sean capaces de definir lo que es calidad, que la reconozcan o
puedan identificar su falta, y que puedan examinar su propio
trabajo...