Abstract:
El turismo receptivo japonés tocó fondo tras sufrir el país el 11 de marzo de 2011 un terremoto de magnitud 9, el mayor registrado hasta entonces en el archipiélago, el cual desencadenó una serie de olas gigantes que anegaron la central nuclear de Fukushima, provocando un accidente del que inmediatamente se hicieron eco los medios de comunicación de todo el mundo. En consecuencia, miles de visitantes internacionales cancelaron sus viajes en los meses siguientes. No obstante, gracias a una serie de iniciativas diligentemente puestas en marcha por el gobierno japonés y el sector privado con el objetivo recuperar la confianza del visitante internacional, en 2013 Japón se hizo con la organización de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Este capítulo identifica las buenas prácticas que han caracterizado esa catarsis, haciendo especial hincapié en lo que se refiere a la comunicación de la imagen turística del país (tanto por medios tradicionales, como mediante medios digitales y redes sociales), así como de las iniciativas que la potencian a través de la información turística. El turismo desempeña un importante papel en la diplomacia pública japonesa, ya que constituye un instrumento de poder blando (so...