Abstract:
La telepolítica ha provocado que todo gire en torno a la figura del
candidato; las siglas pasan a un segundo plano. Con el reinado de la televisión en el mundo de la comunicación social la centralidad del líder
frente a la organización es un hecho. Ahora, el candidato y su grupo de
asesores se concentran más en la competencia mediática que en las labores tradicionales de la vida de partido. La televisión se ha encargado de
desterrar el poder de la marca o partido y convertir la contienda electoral
en un cruce de imágenes de personas.