Abstract:
Resulta común entender el consumo como un concepto “sano” para la sociedad posmoderna; que anima la innovación, ayuda a las empresas a crecer, y estimula el interés en productos nuevos y/o necesarios que permiten lubricar la economía. Genera pocas dudas aquella lectura, toda vez que conlleva importantes beneficios para ciertos sectores de la economía, representados en la empresa y el emprendimiento, que gracias a ella pueden perseguir el éxito que significa la obtención de mayores beneficios. No obstante, el funcionamiento del mundo del consumo tiene otras ramificaciones sociales, sobre las cuales el presente artículo teórico empírico, trata de profundizar, en el orden de examinar aquello que se encuentra tras esta fachada, recurriendo así al concepto de obsolescencia programada y a la exploración de las implicaciones subjetivo individuales, socio-culturales y estructurales que apareja.