Abstract:
Rusia considera la aproximación integración en la OTAN de otros países de Europa Central y Oriental o el Cáucaso como una amenaza directa, pese a que no supone ningún peligro para su propia soberanía e integridad territorial. En lugar de interpretar este proceso como una mera competición por la influencia, los dirigentes rusos lo perciben como una amenaza militar, que justificaría incluso el recurso a la fuerza para contrarrestarla. En el presente artículo se investigan los factores sociales e ideaciones que han dado lugar a esta secularización de la ampliación de la OTAN, impidiendo a Moscú adaptarse de forma más pragmática al nuevo juego de alianzas. El concepto de “seguridad ontológica” nos permite explicar la consistencia y permanencia en el tiempo de estas percepciones rusas, que se derivan de sus propias necesidades subjetivas.